Las empresas desarrollan sus actividades en torno a un propósito o misión, visualizando los objetivos que buscan alcanzar mediante planes estratégicos. Para accionar estos planes se sirven de su activo más importante: el capital humano. En ese sentido, requieren de diversos perfiles en lo que a trabajadores se refiere, cada uno de ellos con una función determinada. Para que una empresa consiga avanzar, es fundamental que cada colaborador tenga la capacidad de cumplir con las tareas específicas de su cargo.
La Ley Federal del Trabajo estipula la capacitación como un derecho del trabajador. Los directivos deben ver el adiestramiento del personal como una oportunidad para fortalecer las competencias que les permitan incrementar la productividad. Sin embargo, para que la inversión en capacitación realmente rinda frutos, es necesario no caer en el error de ofrecer cursos estandarizados que poco tienen que ver con la situación real de la compañía y sus necesidades. Por el contrario: se debe realizar un análisis previo que brinde las pautas de lo que la empresa realmente necesita.
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